Me he dado cuenta que a día de hoy, 30 de diciembre de 2009, todavía no he felicitado ni hay rastro en mi blog del más mínimo motivo navideño.
Lo cierto es que para mi la Navidad es un tiempo de sentimientos confrontados. Por un lado, la tristeza te invade por los seres queridos que faltan pero, por otro, resulta difícil no contagiarte de la magia y del ambiente entrañable que suponen estas fechas. El color, el olor y las melodías navideñas irrumpen en calles, hogares… y por mucho que intentes mirar hacia otro lado, la Navidad tiene, por suerte, ese poder de arrastrarte. De modo que ¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!
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